Gestión del Riesgo y Tecnología Satelital para la Prevención de Inundaciones en Ocotlán, Jalisco
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14 octubre 2025
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Por José de Jesús Díaz Torres
Los Atlas de riesgo
La gestión efectiva del riesgo respecto a fenómenos naturales, depende de medidas preventivas. La capacidad de mitigar o prevenir daños a las personas y sus bienes se fundamenta en el acceso a información precisa sobre los factores de exposición, vulnerabilidad y amenaza. En México, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) supervisa el Atlas Nacional de Riesgos (ANR), un sistema de apoyo a la decisión diseñado para fundamentar políticas y programas para la gestión integral del riesgo. Este instrumento consolida datos sobre peligros, exposición y vulnerabilidad relacionados con diversos fenómenos, junto con información demográfica, socioeconómica y de infraestructura a diferentes escalas geográficas.
A pesar de su importancia, la cobertura de los Atlas Municipales de Riesgo (AMR) es muy baja, a nivel nacional, solo el 25.3% de los municipios cuenta con un AMR. El estado de Jalisco refleja este déficit, con solo 15 de sus 125 municipios (12.5%) ostentando esta crucial herramienta de planificación. Típicamente, los municipios con un AMR son aquellos dentro de las principales áreas metropolitanas, como Guadalajara, o aquellos que son centros poblacionales y económicos regionales significativos. La ausencia de un AMR limita la capacidad institucional para planificar y responder ante desastres.
Ocotlán: Inundaciones recurrentes del río Zula
El municipio de Ocotlán es un centro regional clave en Jalisco. Actualmente el municipio no cuenta con un Atlas Municipal de Riesgos, lo que representa una oportunidad para fortalecer su capacidad de planeación ante inundaciones recurrentes del Río Zula, el primer afluente importante del Río Santiago. Registros históricos de la plataforma del Atlas Nacional de Riesgos y del Atlas Estatal de Riesgos de Jalisco 2024 documentan varios eventos de inundación cerca de las localidades de Santa Clara de Zula y San Martín de Zula en las últimas décadas: 2006, 2011, 2017 y 2022. Este último evento incluso motivó la construcción de un dique de contención.
Recientemente, en la noche del 30 de agosto y la madrugada del 31 de agosto de 2025, el Río Zula se desbordó, causando daños significativos a propiedades e infraestructura pública en San Martín de Zula. Este evento evidencia la importancia de contar con instrumentos formales de gestión del riesgo, según lo estipulado por la Ley General de Protección Civil de México.
Teledetección satelital: Herramientas para el análisis de riesgos
En ausencia de atlas de riesgo municipales formales, fuentes alternativas de datos pueden proporcionar información sustancial para el análisis y la prevención. La teledetección satelital surge como una potente vía metodológica. Esta tecnología se basa en medir la energía que los objetos en la superficie terrestre reflejan o absorben en varias regiones del espectro electromagnético, incluyendo la luz visible (VIS), el infrarrojo cercano (NIR), el infrarrojo de onda corta (SWIR) y el infrarrojo térmico (TIR). Programas como Landsat en Estados Unidos y Copernicus en la Unión Europea proporcionan monitoreo continuo y global, generando datos que ofrecen evidencia casi en tiempo real de las condiciones de la superficie y sus cambios a lo largo del tiempo.
Específicamente, los datos de los satélites Landsat 8 y 9 (Colección 2, Nivel 2) son altamente valiosos. Estas imágenes son pre-procesadas para corregir la interferencia atmosférica, proporcionando datos de reflectancia superficial de alta calidad. Con una resolución espacial de 30 metros cuadrados por píxel y un período de revisita de 8 días, ofrecen una escala adecuada para analizar procesos ambientales regionales como las inundaciones. Los cuerpos de agua tienen una firma espectral distintiva; son altamente absorbentes en la mayoría de las bandas infrarrojas, pero tienen una reflectancia característica en las bandas visibles. Al analizar estas firmas, particularmente usando cocientes como SWIR/VIS, es posible delinear de manera confiable la extensión de las superficies de agua, incluso durante eventos de inundación con aguas turbias.
Delineación y cuantificación del impacto de la inundación de 2025
Un conjunto de tres imágenes Landsat se analizó para evaluar la inundación de agosto de 2025 (Figura 1):
- ■ 31 de marzo de 2025: Representa el estado normal de los cuerpos de agua al final de la temporada de primavera.
- ■ 30 de agosto de 2025: Capturada horas antes del desbordamiento, mostrando agua que ya se extendía sobre tierras agrícolas adyacentes al río.
- ■ 7 de septiembre de 2025: Muestra la situación una semana después del evento de inundación.
El análisis reveló una situación clara y preocupante. La imagen del 30 de agosto ya indicaba una saturación significativa previa al evento y un desbordamiento en tierras de cultivo. Para el 7 de septiembre, el área inundada no se había reducido sustancialmente. La cuantificación del área afectada mostró una superficie de 138.1 hectáreas el 30 de agosto y 147.4 hectáreas el 7 de septiembre, lo que indica un incremento de 9.3 hectáreas de terreno inundado.
De manera crítica, las aguas de la inundación alcanzaron hasta 500 metros de la ribera original, impactando directamente la infraestructura urbana en la parte noreste de San Martín de Zula. Aproximadamente 6.04 hectáreas del total de 84.47 hectáreas de área urbana de la localidad resultaron inundadas, con niveles de agua que alcanzaron hasta 90 cm de altura, según reportaron residentes afectados. Estas observaciones coinciden notablemente con las predicciones para un evento de inundación con período de retorno de 100 años caracterizada en el Atlas Estatal de Riesgos de Jalisco 2024, que estimaba profundidades de agua de hasta 1 metro para el área afectada de San Martín de Zula.
Conclusiones y recomendaciones
El registro histórico de inundaciones alrededor de San Martín de Zula en los últimos 25 años, muestra un patrón perturbador, con eventos importantes ocurriendo cada 3 a 6 años. Esta recurrencia resalta una necesidad urgente de que el municipio de Ocotlán desarrolle su propio Atlas de Riesgo Municipal. Dicha herramienta es esencial para una planificación proactiva, la prevención y una gestión efectiva de recursos para proteger vidas y bienes contra la amenaza predecible del Río Zula. El análisis demostró que las imágenes satelitales de libre acceso, como las de Landsat, proporcionan evidencia tangible y objetiva del impacto de un desastre. Estos datos son invaluables para calibrar y mejorar los modelos predictivos respecto a la extensión espacial, la profundidad del agua y la frecuencia de los eventos de inundación.
Este proceso analítico, simple pero potente, permite la identificación precisa de los efectos de los fenómenos amenazantes, ofreciendo un soporte técnico robusto para la toma de decisiones. La metodología aplicada a Ocotlán puede extenderse a otras comunidades vulnerables en Jalisco, fortaleciendo la capacidad general del estado para la evaluación de riesgos y la prevención de desastres asociados a eventos hidrometeorológicos. En última instancia, integrar la tecnología geoespacial con los instrumentos obligatorios de gobernanza del riesgo es clave para construir comunidades resiliente.
Notas
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